(La cuidadora que he
entrevistado ya no pudo seguir con el cuidado porque la enfermedad se agravó y
ahora se encuentra en una residencia para personas con Alzheimer o demencia
senil. Allí he seguido durante 24 horas el trato que recibe este enfermo de
Alzheimer)
Su día comienza a las 8 y
media de la mañana. Entran las auxiliares del turno de mañana en la habitación.
Levantan la persiana y con un "Buenos días" amable y cariñoso, la
ayudan a levantarse de la cama. En el baño la asean, la visten e inmediatamente
la llevan al comedor para desayunar. Mientras tanto, le dicen frases tales
como: "Venga, ahora que ya estás guapa, a llenar la tripa"
El desayuno es muy
variado; leche con galletas, churros, pan tostado...
Se sienta en la mesa, la
ayudan a tomarse la medicación correspondiente y comienza a desayunar ella
sola. Cuando termina de desayunar, se levanta y despacio se va al salón
agarrada del brazo de la auxiliar. La sientan en el sofá y con los demás hablan
y comentan aunque le cuesta mucho mantener una conversación. A media mañana, la
rehabilitadora baja al gimnasio con ella y hace ejercicios de memoria, movimientos,
dibuja... Muestra resistencia y la cambian de tema mientras caminan y de esa
forma la “engañan” para que baje al gimnasio. Después, la llevan al baño para
que haga sus necesidades y se lave las manos. Alrededor de la una y media del
mediodía la llevan al comedor. De primer plato tiene puré y de segundo pollo en
salsa. De postre yogur pero no se lo come entero. Cuando termina de comer, la
acompañan a la habitación, la cambian el pañal y la acuestan. Sobre las cuatro
y media la despiertan y le llevan un vaso de zumo y unas galletas. Después va
al salón, la rehabilitadora hace actividades diversas para que se distraiga,
juegan al bingo aunque con ayuda de una auxiliar porque se queda ausente y
desorientada.
En ocasiones se levanta,
camina un poquito y después se para porque no sabe dónde quiere ir y van a
ayudarla: ¿Quieres ir al baño? ¿Tienes sed? ¿Dónde quieres ir? ¿Vamos a la
habitación?
Acompañada de su hija,
pasea por el jardín o va a la habitación a ver la televisión.
Muestra algún episodio de
agresividad, insultando al celador pero sin mayor relevancia (le llama medio
huevo) tampoco habla demasiado.
Hace comentarios como:
"Qué buenas sois...", "Qué guapa eres" o "Dame un
beso"
A las ocho la llevan al
comedor para cenar y de nuevo la ayudan a tomarse la medicación
correspondiente. Primero se comió una sopa de fideos, después una tortilla
francesa y de postre una manzana.
Cuando termina la bañan
contándola cada paso que hacen, hablándola o haciéndola preguntas que la hagan
sentirse cómoda. Después la acuestan sobre las 10 de la noche. Si quiere le
dejan la televisión puesta y cuando se queda dormida se la apagan. La noche es
bastante tranquila, se levanta dos veces. Parece que sabe lo que va a hacer
pero luego se queda quieta sin saber qué hacer. La auxiliar la ayuda, va al
baño y de nuevo la lleva a la cama para que siga descansando hasta el día
siguiente.
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